Ser experto no significa tener un diploma universitario, tener especializaciones y máster, no significa tener grabados en la memoria miles de teorías y cientos de libros. El mundo ha cambiado. Antes, los títulos universitarios tenían un gran peso para las empresas e instituciones. Ahora, la llegada del internet y, por ende, de nuevas profesiones transformó el ámbito académico y laboral; la llegada de los autodidactas, por ejemplo, marcó un antes y un después, ya que cada vez son más.
En ese sentido, si no es específicamente tener una carrera universitaria, ¿qué es ser un experto? Bueno, un experto es tener un alto conocimiento sobre una cosa determinada por encima del qué tienen las personas en promedio; un experto aprende lo que sabe por los medios que tiene y a pesar de que siempre va a haber una persona que sepa más y una que sepa menos, es importante que haya un constante aprendizaje sobre el tema que se maneja.
No obstante, ser experto implica muchas cosas. Implica abrirse a un nuevo conocimiento, a nuevas visiones y a entrar dentro de ellas para asumir una posición. Estamos tan avanzados en términos de tecnologías y herramientas del conocimiento, que cada año salen decenas de documentos con información sobre todas las disciplinas que hasta el momento se conocen.
En este orden de ideas, la primera vez que nos permitimos entender o conocer algo nos puede generar ansiedad o miedo, pero una vez superado este muro descubrirás ese algo que te apasiona. Y partiendo de este punto, puedes comenzar a formarte por lo medios que tengas para volverte un experto porque a partir de esta pasión podrás transformar realidades, tener una mejor resolución de problemas, una mayor motivación y, por ende, mayor probabilidad de éxito financiero, lo cual termina por repercutir positivamente en el bienestar personal.
Es un hecho, la globalización nos ha traído un reto grande y el flujo de información por el que atravesamos día a día nos ha transformado, y al mismo tiempo nos ha permitido desarrollar estrategias para prepararnos y destacarnos dentro de la homogeneización laboral por la que atravesamos en la actualidad.
Las empresas e instituciones ya no quieren hacer negocios con personas promedio, quieren hacerlos con expertos; el flujo de información le ha hecho ver a las empresas que hay que ser selectivos a la hora de contratar a una persona porque saben que la reputación y el posicionamiento de la misma crecerá a medida que se rodeen de personas expertas en su área.
Sobresalir es un punto importante. En un mundo donde el desempleo está en sus índices más altos en muchos países y, en ese sentido, si no destacas te vas a confundir con los demás. No puedes destacarte si te mantienes invisible, pues cada vez existen más profesionales con conocimientos técnicos y académicos y ninguna empresa le va a aportar a alguien que sea del montón.
Ya no buscan solo empleados, buscan líderes, personas que sepan comunicar su propuesta de valor y trabajen para mejorar la misma; profesionales con ánimo para innovar y cambiar paradigmas.
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