Anteriormente, trabajar desde casa parecía solo una posibilidad y para algunos hasta podría sonar descabellado. No obstante, la pandemia nos cambió rápidamente la visión y antes de poder asimilarlo la mayoría de nosotros ya se encontraba en casa trabajando de forma remota.
El teletrabajo no es un concepto nuevo, la verdad es que se comenzó a hablar de teletrabajo desde finales del siglo XX, pero su significado ha venido evolucionando con el pasar de los años. Antes el teletrabajo era cuando las personas llevaban el trabajo a casa unos días por semana, después, con la llegada de los smartphones se transformó el teletrabajo, pues con él podemos llevar el trabajo a cualquier otro lugar que no sea la oficina.
Está claro que la llegada del computador portátil revolucionó la historia de los dispositivos y con ella la del trabajo, pues con este dispositivo nos dimos cuenta de que muchas cosas las podemos hacer por fuera de la oficina, lo cual no solo nos permite trabajar en casa sino que también nos permite trabajar en un café, un restaurante o un hotel, aquí, en París, en China, en México, en todos los países del mundo donde podamos conectarnos a una red de internet.
Sabemos que los cambios llegan tarde o temprano, y la pandemia del Covid-19 impactó al mundo laboral de forma irreversible, ya que antes de darnos cuenta la mayoría de las personas en todo el mundo estaban trabajando, estudiando y conviviendo de forma virtual.
Sin embargo, el inicio de la pandemia generó dificultades para muchos empleos que tuvieron que reformarse para poder hacerlo desde casa.
Si bien, para la mayoría de los profesionales el salto a virtualidad trajo varios obstáculos para ellos, especialmente los profesionales que no acostumbran a trabajar lo digital, pues las herramientas digitales que se volvieron esenciales para la laboralidad complicó y retrasó en muchos casos la total adaptación del modelo digital.
A pesar de la flexibilidad del horario, que permite el trabajo en casa, esto jugó a favor y en contra de la mayoría de los profesionales que no estaban acostumbrados a la virtualidad, pues el poder transformar las horas y los recesos de la jornada laboral se amplió considerablemente. Pasó de 8 a 10 horas, pero ¿por qué pasa eso? Bueno, esto se debe en gran medida a la adaptación de la vida laboral a la vida personal.
Si bien, algunas de las características que más se destacan en el trabajo remoto son temas relacionados con la flexibilidad del horario, el alto requerimiento de productividad y la fortaleza en la cultura corporativa, también existen otras partes de este nuevo modelo laboral que no son tan positivas, como, por ejemplo, la adaptación entre la vida profesional y personal que anteriormente se delimitaba por diferentes espacios como la casa. Empero a esto, a la generación adulta no nativa ni mixta de la llegada del internet le tocó aprender sobre el nuevo mundo virtual formando una nueva brecha laboral.
Por otro lado, la cultura corporativa de muchas empresas mejoró debido a la cercanía que se estableció entre los trabajadores y los corporativos, quienes tuvieron que comprender el contexto de sus trabajadores para establecer estrategias funcionales para ambas partes; de este modo a diferencia de las mujeres dedicadas al cuidado de los niños y el servicio de aseo, los índices de desempleo en las personas con algún tipo de discapacidad disminuyó, pues el estar en casa aumenta la accesibilidad y el desempeño laboral de esta población.
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