Es más fácil conversar con un jefe sonriente y con actitud positiva frente a las situaciones. Es un tedio aquellos que son irritables e impulsivos. Esto no es un secreto, pero se habla poco de los problemas que le acarrea al líder este humor antipático. Crea desconfianza y desdén en su equipo. En consecuencia no logra persuadir a su equipo en función de las metas y el bienestar laboral.
Con un jefe sin carisma el relacionamiento laboral se reduce al cumplimiento de órdenes con un ambiente tenso y hasta nocivo para el equipo. Situación que puede modificarse con un cambio de hábitos para elevar el carisma y la empatía.
Un estudio de Friedman demostró que las personas carismáticas tienen la la capacidad de influir y persuadir a otros. Pero el carisma no es una cualidad de los dioses entregada a unos cuantos, cualquiera puede ser carismático si así lo desea. Con técnicas específicas y hábitos constantes puedes moldear tu personalidad para alcanzar el carisma deseado
Aquí algunas de ellas:
- Sonreir a menudo, transmite una sensación de confianza, alegría y credibilidad en las personas. Lo mejor, recibir sonrisas de vuelta por el efecto que tendrá en las neuronas espejo del interlocutor.
- Hablar con emoción. El entusiasmo tiene la capacidad de motivar a las otras personas e inspirarlas. Admiramos a las personas enérgicas, aquellas que te despiertan y te incentivan a lograr las metas.
- Expresión positiva. Mantener conversaciones desde el espacio propositivo, rescatando aprendizajes, aspectos valiosos tiene la capacidad de crear nuevas oportunidades e incentivan a ser una mejor persona.
- Usar técnicas de comunicación corporal, activando neuronas espejo en los demás. Esto significa adoptar posturas físicas similares del interlocutor, de esta manera creamos receptividad y logramos conectar con las personas
- Trabaja en tu marca personal para que las personas tengan una percepción clara de tus valores y cómo pueden contar contigo
El carisma tiene la capacidad de contagio. Si en un auditorio o en una reunión hay un líder carismático se eleva el entusiasmo de las personas presentes, el ambiente es más positivo, permite que las personas quieran participar, expresar sus ideas y lograr las metas propuestas. Los ánimos y la energía ganadora de las personas se incrementa. Un líder carismático tiene mayor oportunidad de persuadir porque se perciben como personas efectivas que tienen claro lo que quieren.
Efectivamente las manifestaciones emocionales positivas y entusiastas generan el efecto de imán, las personas quieren estar contigo y quieren cumplirte. Por ello, los líderes carismáticos tienen mejores resultados en el cumplimiento de metas.
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